Coronel Oviedo. Agencia Regional.
El actor Juan Carlos Notari, el último gran cómico del radioteatro paraguayo y autor de más de cien obras de ese género, falleció en el Hospital Regional de Coronel Oviedo a los 86 años, el 6 de octubre pasado, dejó un gran legado para la cultura popular con siete décadas de trayectoria. En el 2018 debutó en el cine como protagonista de la película ovetense “La redención” de Hérib Godoy, junto a Lali González.
Fue escritor, actor y director del elenco teatral Notari-Montejano durante la época dorada de las inolvidables radionovelas. Con su elenco recorrió el país en las décadas de los años 60, 70, 80, 90 y parte de los 2000 llevando emoción y alegría con sus historias que eran transmitidas por las emisoras más importantes del territorio nacional.
Las siestas eran inolvidables a la hora de escuchar los capítulos, su platea era multitudinaria, incluso muchos agricultores comentaban que llevaban sus radios transistores a las chacras para no perderse su novela. Notari y su grupo llegaron hasta los lugares más recónditos del Paraguay en tiempos que nuestro país no contaba con caminos transitables.
Juan Carlos Notari era una especie de Chespirito del radioteatro paraguayo. Su legado cultural es inmenso y fue declarado patrimonio de la cultura popular por varios municipios, donde puso en escena sus obras. Sus obras fueron transmitidas por Radio Comuneros de Asunción, Nuevo Mundo de San Lorenzo, La Voz de la Cordillera de Caacupé, Ykua Mandyju, de San Pedro, Radio Caaguazú de Coronel Oviedo, Ypoá de Paraguarí, Radio Coronel Oviedo de Coronel Oviedo, entre otras emisoras de la capital y del interior del país.
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Su gran sueño
Notari, además de ser el último gran cómico de las radionovelas, actuó con el dúo Álvarez Blanco y Rojas Doria, más conocidos como Los Compadres; Ernesto Báez, Alejo Vargas, Blanca Navarro, Máxima Lugo, Luis D’Oliveira, José Olitte, entre otros grandes del teatro nacional. Además del largometraje mencionado, en el audiovisual nacional participó de varios cortometrajes.
Su sueño principal era contar con un escenario ambulante para que el teatro popular nunca se muera, sueño que no pudo cumplir por falta de recursos propios y, sobre todo, por falta de apoyo de entidades gubernamentales ligadas a la cultura. Sus hijos Mirian y Román Notari (ambos actores, al igual que su yerno Mariano Godoy) dijeron durante el sepelio que, en memoria de su padre, la función va a continuar y que su elenco va seguir presentando obras de su padre en el departamento de Caaguazú.
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