La cultura avanza con paso firme como aliada de la reinserción social en España. El Ministerio de Cultura y el Ministerio del Interior han dado un paso adelante con la puesta en marcha de Transita Cultura, un innovador proyecto que impulsa la cultura como herramienta de transformación personal en el ámbito penitenciario. Esta iniciativa, que ya comienza a implementarse en tres centros penitenciarios, nace con una clara vocación de crecimiento y permanencia.
El programa se estrena en los centros Madrid VII (Estremera), Valencia Antoni Asunción y A Lama (Pontevedra), con especial atención a la población femenina, y se extenderá progresivamente a otros centros del país. La intervención cultural prevista será llevada a cabo por la Fundación Gabeiras, en estrecha colaboración con profesionales penitenciarios, y pretende consolidar la cultura como una vía eficaz para fomentar la inclusión, la autoestima y el desarrollo personal.
Una de las grandes fortalezas de Transita Cultura es su enfoque integral. No solo contempla actividades culturales para internos e internas, sino que también incluye formación en mediación y gestión cultural dirigida al personal penitenciario. Este doble enfoque contribuye a crear entornos más enriquecedores y con mayor implicación de toda la comunidad penitenciaria.
El acuerdo contempla también la participación de instituciones culturales de gran prestigio, como el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Museo Nacional del Romanticismo y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí. Estos espacios servirán como puntos de encuentro entre la cultura y personas que cumplen penas y medidas alternativas, abriendo nuevas oportunidades de integración y colaboración.
Este ambicioso convenio, con una vigencia inicial de dos años prorrogables, forma parte del Plan de Derechos Culturales del Ministerio de Cultura y se alinea con el objetivo de eliminar barreras para la participación cultural. Así, se articula un programa específico que no solo ofrece acceso a la cultura, sino que la convierte en una herramienta tangible de mejora social.
La base de este nuevo impulso se apoya en experiencias previas de éxito. Desde hace años, iniciativas culturales han demostrado su eficacia en el entorno penitenciario. Un ejemplo notable es el proyecto del Centro Dramático Nacional, que ha acercado el teatro contemporáneo a más de 600 personas privadas de libertad, con preestrenos y coloquios exclusivos dentro de los propios centros.
Aún más destacable es la ficción sonora Dramawalker, creada por mujeres internas del centro Madrid I, que recopila relatos y vivencias narrados en primera persona. Esta experiencia ha demostrado el poder del arte como vehículo de expresión y conexión con la realidad exterior.
Los museos estatales también han jugado un papel clave en este camino hacia la humanización y el desarrollo personal dentro de los centros penitenciarios. A través de visitas guiadas, talleres artísticos y seminarios, se ha ofrecido a las personas reclusas un espacio de reflexión, aprendizaje y creatividad. Estas actividades, diseñadas con un enfoque participativo, han contribuido a reforzar habilidades sociales y emocionales valiosas para su proceso de reintegración.
La promoción de la lectura ha sido otra de las grandes aliadas en esta apuesta cultural. Desde la Dirección General del Libro, del Cómic y de la Lectura se ha incluido a los centros penitenciarios en la Campaña María Moliner y se ha apoyado a asociaciones comprometidas con la promoción de la lectura entre la población reclusa. Entre ellas, destaca Solidarios para el Desarrollo, galardonada en 2017 con el Premio Nacional de Fomento a la Lectura.
Todo ello muestra que el acceso a la cultura no solo dignifica, sino que transforma. La cultura se reafirma como derecho y como motor de segundas oportunidades, abriendo nuevas sendas para quienes más lo necesitan. Con Transita Cultura, España da un paso más hacia una sociedad más inclusiva y consciente del poder del arte como elemento esencial de progreso.
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